Este es mi espacio, mi pequeña parcela de libertad, mi válvula de escape, mi cofre de sentimientos, mi retiro, mi confesionario, el escondite de mis rebeliones, el escaparate de mi alma.

jueves, 30 de junio de 2011

¡ROCÍO, AY MI ROCÍO!


      Querida Rocío:
   
     hoy ha sido el primer día en dos años que has faltado a trabajar, que yo sepa, y sin embargo tu ausencia ha flotado en el ambiente y tu nombre ha sonado en el claustro. Apenas somos conscientes del cambio que has decidido dar en tu proyecto profesional, y ya te echamos de menos.

     Me gustaría pensar que te has sentido arropada por muchos de tus compañeros como una hija, porque podrías incluso serlo biológicamente por tu edad. Pero te queremos sobre todo por tu generosa forma de ser, con los mayores y con los pequeños, por la manera en que te has involucrado en la marcha del colegio, por tu buena disposición para ayudar en todo lo que te han pedido, -a sabiendas de tu preparación superior en informática, en inglés y en educación física-, por tu perenne buen humor.

      Cuando pase el verano, como en un sueño, y el colegio abra de nuevo sus puertas a la alegría de sus moradores, no estará tu abrazo mañanero a María Jesús, tus bromas para empezar la jornada con una sonrisa, tu saludo a tus fans de primaria desde la ventana de la sala de profesores,dándote un baño de masas, ni tu repique de campana anunciando la subida del patio a las clases para iniciar las tareas escolares. Nadie me dará el relevo junto a las llaves del gimnasio pequeño a primera hora cada día, ni tendré a quien animar para hacer conmigo algún cursillo del CPR, ni habrá quien quiera acompañarme a Madrid a las reuniones de T. de S., con sus comidas de internado de monjas, sus fiestas de pijama y las largas conversaciones durante las horas de trayecto. Conversaciones sustanciosas de infinidad de asuntos, trascendentales y nimios, serios y divertidos, pedagógicos y personales.

      Deseo de corazón que hayas acertado con tu elección, difícil y meditada, porque tu determinación merece una recompensa acorde con tu valía personal y profesional.
     Y no te olvides de este rinconcito de la geografía española, en el que tu huella permanecerá como las del paseo de la fama, para siempre.

      Un abrazo grandote, grandote.
                                                    Maribel.

martes, 28 de junio de 2011

UN PEQUEÑO PLANETA





     Los niños ya comenzaron sus vacaciones estivales. El colegio está sordo y triste estos días sin su alegría, sus carreras, sin sus risas. Los profesores deambulamos como zombis por los pasillos, llevando papeles de acá para allá, asistiendo a reuniones para hacer balance del curso, preparando la memoria para archivar, haciendo limpieza en las clases que quedarán desiertas hasta que septiembre haga su aparición en escena.
     Llorarán sus muros la larga ausencia, evocando entre suspiros el perfume de la inocencia.

     A los alumnos de mi colegio y de cualquier otro, porque todos son uno en mi poema.




                    Un pequeño planeta.



En un grandioso universo flota un pequeño planeta:


se llama COLEGILANDIA,


y está clonado sin fin desde Chile hasta Finlandia.


En su atmósfera conviven alegrías y emociones,


bostezos disimulados, lágrimas y frustraciones,


curiosidad infinita, gruñones y ruiseñores,


duendes, hadas, gnomos, elfos, proletarios y señores,


días de sol reluciente y días con nubarrones,


objetivos conseguidos, fracasos y humillaciones,


celestinas colegiadas, brujas rompecorazones,


fantasías que construyen castillos con torreones,


ilusiones que traspasan muros de lamentaciones,


recuerdos de tierna infancia decorando los balcones.


El sol te funde en su abrazo,


la luna adorna tu pelo,


y un querubín descalzo,


sobre una estrella fugaz,


corre este tupido velo.







                         Abrazos tiernosss...

lunes, 27 de junio de 2011

DIARIO DE UNA SEMANA EN EL GIMNASIO.



     Con la mejor de mis intenciones, le regalé a mi marido en nuestro aniversario de boda una semana de entrenamiento en el mejor gimnasio de la ciudad, con la esperanza de engancharlo en una vida sana, aprovechando que había dejado de fumar y los kilos se estaban apoderando de su anatomía con vistas a instalarse definitivamente en su perfil. 

     Este fin de semana, haciendo limpieza, encontré oculto, bajo su portátil, un escrito que leí, sin querer, pensando que podría ser algún papel importante...y lo que me descubrí me sobrecogió. ¡Pobrecillo, qué mal debe haberlo pasado! He de tener más consideración, para la próxima, y seleccionar su regalo con mayor premeditación. Se me ocurren varias opciones: un equipo de buceo con su cursillo correspondiente, en aguas caribeñas, una tabla de skate board para descender por el Himalaya, o tal vez la posibilidad de asistir a un safari en la sabana africana para cazar elefantes. Algo sugerente y relacionado con la actividad física, que alarga la vida y mejora su calidad. 

     Y he aquí las impresiones de mi contrario tras la experiencia de las sesiones de mantenimiento que le regalé con todo mi cariño.


 Diario de un gimnasio.
 
     Mi mujer me regaló para nuestro aniversario un vale para una semana con un personal trainer en el gimnasio al que va Jesús Vázquez. Mi personal trainer, Vanesa, resultó ser una instructora de aeróbic de 26 años, modelo de trajes de baño, que...¡ay, omá, qué rica!

Lunes
 

     Empecé mi día a las 6 de la mañana. Fue bastante difícil levantarse, pero todo cambió cuando llegué al gimnasio y vi a VANESA esperándome. Parecía una diosa griega: alta, rubia, ojos azules, pechos increíbles y una gran sonrisa, con unos labios carnosos espectaculares.
      VANESA me mostró los distintos aparatos y me tomó el pulso después de 5 minutos en la bicicleta fija. Se alarmó de que mi pulso estuviera tan acelerado, pero yo lo atribuí a su malla de lycra metida entre sus nalgas...
Disfruté viéndola dar su clase de aeróbic, después de terminar mi inspirador día de ejercicio.
      VANESA me estaba motivando cuando hacia yo mis flexiones, a pesar de que ya me dolía la barriga de tanto meterla para dentro cada vez que la chica pasaba junto a mí...

Martes
 

     Un café doble bien cargado y ¡al gimnasio! VANESA me puso a levantar una barra de metal y después se atrevió a ponerle ¡¡¡pesas!!! Mis piernas estaban un poco debilitadas por la cinta, pero logré completar ¡UN KILÓMETRO COMPLETOOO!! La aprobadora sonrisa de VANESA y su guiño cómplice hicieron que todo valiera la pena... ¡Me sentía fantástico!  Era una nueva vida para mí.

Miércoles
  

     La única forma de lavarme los dientes ha sido poniendo el cepillo sobre el lavabo y moviendo la cabeza a ambos lados encima de él. Creo que tengo una hernia en los pectorales.
     Conducir no fue tan fácil; sólo al frenar y dar vueltas al volante me dolía hasta el pelo; estacioné encima de una moto... VANESA se impacientó un poco conmigo por considerar que mis aullidos de dolor al levantar las pesas molestaban a los demás socios del club.
      La verdad es que su voz resulta un poco aguda a esas horas de la mañana y cuando grita se vuelve nasal y muy molesta. Como no podía correr en la cinta porque me dolían los huevos, VANESA me puso a hacer steps, de forma que ahora me duele también el culo. Me dijo que me ayudaría a ponerme en forma y a disfrutar de la vida: otra de sus tantas gilipolleces y promesas.


Jueves
  

     VANESA me estaba esperando con sus dientes de vampiro y su sonrisita estilo the Joker. Llegué media hora tarde: fue el tiempo que tardé en ponerme las zapatillas.
      La muy zorra me puso a trabajar con las argollas pero, cuando se distrajo, salí corriendo a esconderme en el baño. Mandó a otro entrenador a buscarme y, como castigo, me puso a trabajar en la máquina de remar y... me hundí.


Viernes
 

    Odio a la hija de puta de VANESA más que a cualquier otro ser humano que haya odiado en la historia del mundo. Estúpida, anoréxica, anémica, zorra y desgraciada sin cerebro. Si hubiese una parte de mi cuerpo que pudiese mover sin un dolor desesperante, le rompería todos los huesos, la madre que la parió.
      Va y me dice que trabajara mis tríceps, ¡SI YO NO TENGO TRICEPS...!!!  Y si no quiere que joda el suelo, que no me pase las putas barras o cualquier otra cosa que pese más que un folio...
      Me desmayé en la bicicleta y me desperté en la camilla de la nutricionista, una flaca hija de puta que me dio una cátedra de alimentación sana, ¡claro! La muy subnormal no tiene ni puta idea de lo que es morirse realmente de hambre.
      ¿Por qué no me pudo tocar alguien más tranquilo, como un diseñador de moda o un estilista?


Sábado
 

     La anormal de VANESA me dejó un mensaje en el contestador con su vocecita repelente preguntándome por qué no fui hoy. Solo con escucharla me dieron ganas de cargarme el móvil, pero no tenía la fuerza suficiente ni para levantarlo, incluso ni para levantar el mando de la tele, así que me pasé 11 horas seguidas viendo los documentales de la 2... jodidos pajaritos saltando de rama en rama.

Domingo
 

     Hoy he ido a la iglesia para agradecerle a Dios que esta semana haya terminado. También he rezado para que el año que viene, mi mujer me regale algo un poco más divertido, como una endodoncia, un cateterismo, o un análisis de próstata.
 

                  ¡Será ingrato, si yo lo hago por su bien...!
                                            HOMBRESSS...

domingo, 26 de junio de 2011

Las nenas de mis nenes

     Antes de nada he de manifestar que pedí autorización a las interesadas para publicar esta entrada. Las nenas de mis nenes me han dado carta verde, así que procedo.

     Carmen, la nena mayor.

     Si tuviera que destacar algo en ella sería, sobre todo, lo cariñosa que es, aunque también es la alegría de la casa. No sabe dar besos de compromiso, sus besos van acompañados de achuchones. Me hace gracia cuando abrazo a mi hijo Enrique, ella se acerca y nos abraza a los dos, formando un revoltillo de lo más cómico. Trabaja en el sector de la hostelería, a la espera de algún empleo que tenga que ver con sus estudios de Relaciones Laborales. Mona no, moníiisssima.


     Elena, la nena mediana.

     Ella prefiere preservar su imagen, aunque me encantaría exhibirla, una muñequita. Es tan especial como mi hijo Alberto: no fuman, prácticamente no beben, son amantes de los animales hasta el punto de ser voluntarios de ADANA, gastan menos que un mechero, muy caseros, y ambos están muy concienciados con la naturaleza y el medio ambiente. Unos chicos que van a contracorriente de la inmensa mayoría, con una nobleza y unas ideas utópicas admirables en los tiempos que corren. Los dos son informáticos, buscando trabajo.

     Julia, la nena pequeña.

  
     Julia es la dulzura personificada. Ha conseguido centrar al bala de mi hijo Lu, y eso es de por sí un gran mérito. Tranquila, buena estudiante, y una artista con un gran futuro. Cursa estudios de Diseño y Moda en la Universidad de Sevilla, y "secuestrará" a Lu el año próximo, llevándolo a su terreno hispalense, cuando él empiece la carrera, también en la rama de las artes. No se hace necesario precisar su exultante belleza, a la vista está.


     Algunos fines de semana, si se quedan en casa, tengo ocasión de desayunar con ellas y charlar tranquilamente. Asisten a las reuniones familiares y a veces vienen de vacaciones con nosotros unos días. Y me encanta, siempre quise tener niñas y por fin tengo tres. 

                                          ¡Qué nivel, Maribel!

jueves, 23 de junio de 2011

El encuentro

     Ha comenzado a poseerme una especie de miedo escénico. 
     Como si tuviera que afrontar unas oposiciones a persona interesante, como si tuviese que demostrar méritos para acercarme a personas que se me antojan superiores. 
     Tengo miedo a frustrar las expectativas que los demás se hayan forjado sobre mí.
     Estoy asustada por si me quedo en blanco, no tengo la palabra justa, digo una inconveniencia o me da un ataque de tos.
     Miedo a las miradas que desnudan, a las preguntas cuyas respuestas desconozco, a defraudar a los que han apostado por mi humilde persona, a exhibir mis imperfecciones, a no saber impedir a tiempo que arañen o hinquen el diente a mi exigua porción de vanidad.


      Tengo dudas si estaré a la altura de las circunstancias y si por ese motivo interpretaré el papel de otra mujer que no soy yo.
      Tiemblo al pensar en mi inseguridad, las piernas me flojean , se me acelera el pulso, me acribillan los interrogantes  y me acorralan los fantasmas del ridículo.
     Me encantaría ser dueña de la capa de invisibilidad para pasear entre los asistentes pasando desapercibida. Escuchar sus instructivas conversaciones atentamente, observar sus gestos, aprender de su sabiduría, siendo para ellos únicamente una brizna de aire fresco, un tímido reflejo de sol, un sutil aroma a perfume de bebé.

     Agradeceré que una mano amiga me guíe como un lazarillo por ese campo de minas antiautoestima, que podrían dinamitar mi confianza y mis aspiraciones.
     Tengo que hacer una inspiración profunda, hasta las tripas, y emprender con paso firme el camino por la alfombra roja de mis ilusiones.
     Sé que cuando entre en faena y sea simplemente yo, todo será más fácil, solo debo dejarme llevar, como siempre, por mi intuición y ser auténtica, mostrarme como soy en realidad: contradictoria, impredecible y afectuosa.


     Estoy convencida que el balance tras el encuentro será altamente positivo para el fondo de armario de mis recuerdos para enmarcar.
     Quiero conocer a estas personas a las que admiro profundamente y mezclarme entre ellas en su propio terreno, que no es el mío, procurando no desentonar, no ser una nota desafinada en una sinfonía universal.


                 ¡Que las hadas de mis cuentos infantiles me acompañen a la fiesta !

martes, 21 de junio de 2011

Entre dos nubes

     Hoy es otro de esos días que una, sin saber por qué, está invadida de melancólica tristeza, un cúmulo de pequeñas circunstancias que invitan a la depresión no diagnosticada por un especialista, pero que hunden en el fango tanto como un saco de patatas atado al tobillo. 
     Las personas somos seres malditamente complejos, tanto que cuesta conocer los entresijos del prójimo tanto o más que los propios. Dios olvidó colocar el libro de instrucciones bajo el brazo de cada uno, y pasado el tiempo no hay quien construya el puzzle de nuestra psicología. Y si no, que se lo pregunten a mi marido, que siempre se queja, amargamente y con loable resignación, de mis inesperados y sorpresivos cambios de humor, rara vez achacables a alguna explicación lógica y coherente. Santo varón...(x los kínder...)
     Fruto de este estado místico-tragicómico-crónico-habitual con matices menopáusicos-melancólicos-desesperantes-patológicos es este aspirante a poema que viene a ser como el vino que bebe Asunción, que ni es blanco, ni es tinto, ni tiene color, y que no sabe ni a tocino añejo, pero ahí lo dejo caer.



  ENTRE DOS NUBES

Mañana amanecerá el prólogo del futuro, 

y hoy el presente se empeña 

en enredarse  entre mis dedos.

La cesta de los rencores pesa tanto

que he de tirar recuerdos por la borda

por pura supervivencia.

Quisiera dormir indefinidamente,

porque durante el sueño

el miedo no trabaja,

la rabia habita en los arrabales 

de la inconsciencia,

y la voluntad suspende su latido.

Ojalá los barrotes de mi jaula de oro 

se vuelvan de azúcar,

se curven por misericordia,

o se retuerzan de dolor,

para así poder escapar

de mis cadenas y de mis carceleros.

Mi conciencia flota entre mil fantasmas,

que danzan en medio 

de un simulacro de fiesta.

Se ha quebrado el idílico paisaje

de mis sueños almibarados,

pero asoma entre dos nubes

mi alma esperanzada.

La nostalgia sale perezosa de su escondrijo

para besarme en la frente.

                                                  

     Y ahora ya voy a tomarme la medicación, que estoy muuuyyy loca...esto va a ser del riego.

     Achuchones varios, por la paciencia que tenéis conmigo.