Este es mi espacio, mi pequeña parcela de libertad, mi válvula de escape, mi cofre de sentimientos, mi retiro, mi confesionario, el escondite de mis rebeliones, el escaparate de mi alma.

jueves, 23 de junio de 2011

El encuentro

     Ha comenzado a poseerme una especie de miedo escénico. 
     Como si tuviera que afrontar unas oposiciones a persona interesante, como si tuviese que demostrar méritos para acercarme a personas que se me antojan superiores. 
     Tengo miedo a frustrar las expectativas que los demás se hayan forjado sobre mí.
     Estoy asustada por si me quedo en blanco, no tengo la palabra justa, digo una inconveniencia o me da un ataque de tos.
     Miedo a las miradas que desnudan, a las preguntas cuyas respuestas desconozco, a defraudar a los que han apostado por mi humilde persona, a exhibir mis imperfecciones, a no saber impedir a tiempo que arañen o hinquen el diente a mi exigua porción de vanidad.


      Tengo dudas si estaré a la altura de las circunstancias y si por ese motivo interpretaré el papel de otra mujer que no soy yo.
      Tiemblo al pensar en mi inseguridad, las piernas me flojean , se me acelera el pulso, me acribillan los interrogantes  y me acorralan los fantasmas del ridículo.
     Me encantaría ser dueña de la capa de invisibilidad para pasear entre los asistentes pasando desapercibida. Escuchar sus instructivas conversaciones atentamente, observar sus gestos, aprender de su sabiduría, siendo para ellos únicamente una brizna de aire fresco, un tímido reflejo de sol, un sutil aroma a perfume de bebé.

     Agradeceré que una mano amiga me guíe como un lazarillo por ese campo de minas antiautoestima, que podrían dinamitar mi confianza y mis aspiraciones.
     Tengo que hacer una inspiración profunda, hasta las tripas, y emprender con paso firme el camino por la alfombra roja de mis ilusiones.
     Sé que cuando entre en faena y sea simplemente yo, todo será más fácil, solo debo dejarme llevar, como siempre, por mi intuición y ser auténtica, mostrarme como soy en realidad: contradictoria, impredecible y afectuosa.


     Estoy convencida que el balance tras el encuentro será altamente positivo para el fondo de armario de mis recuerdos para enmarcar.
     Quiero conocer a estas personas a las que admiro profundamente y mezclarme entre ellas en su propio terreno, que no es el mío, procurando no desentonar, no ser una nota desafinada en una sinfonía universal.


                 ¡Que las hadas de mis cuentos infantiles me acompañen a la fiesta !

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