Este es mi espacio, mi pequeña parcela de libertad, mi válvula de escape, mi cofre de sentimientos, mi retiro, mi confesionario, el escondite de mis rebeliones, el escaparate de mi alma.

domingo, 26 de junio de 2011

Las nenas de mis nenes

     Antes de nada he de manifestar que pedí autorización a las interesadas para publicar esta entrada. Las nenas de mis nenes me han dado carta verde, así que procedo.

     Carmen, la nena mayor.

     Si tuviera que destacar algo en ella sería, sobre todo, lo cariñosa que es, aunque también es la alegría de la casa. No sabe dar besos de compromiso, sus besos van acompañados de achuchones. Me hace gracia cuando abrazo a mi hijo Enrique, ella se acerca y nos abraza a los dos, formando un revoltillo de lo más cómico. Trabaja en el sector de la hostelería, a la espera de algún empleo que tenga que ver con sus estudios de Relaciones Laborales. Mona no, moníiisssima.


     Elena, la nena mediana.

     Ella prefiere preservar su imagen, aunque me encantaría exhibirla, una muñequita. Es tan especial como mi hijo Alberto: no fuman, prácticamente no beben, son amantes de los animales hasta el punto de ser voluntarios de ADANA, gastan menos que un mechero, muy caseros, y ambos están muy concienciados con la naturaleza y el medio ambiente. Unos chicos que van a contracorriente de la inmensa mayoría, con una nobleza y unas ideas utópicas admirables en los tiempos que corren. Los dos son informáticos, buscando trabajo.

     Julia, la nena pequeña.

  
     Julia es la dulzura personificada. Ha conseguido centrar al bala de mi hijo Lu, y eso es de por sí un gran mérito. Tranquila, buena estudiante, y una artista con un gran futuro. Cursa estudios de Diseño y Moda en la Universidad de Sevilla, y "secuestrará" a Lu el año próximo, llevándolo a su terreno hispalense, cuando él empiece la carrera, también en la rama de las artes. No se hace necesario precisar su exultante belleza, a la vista está.


     Algunos fines de semana, si se quedan en casa, tengo ocasión de desayunar con ellas y charlar tranquilamente. Asisten a las reuniones familiares y a veces vienen de vacaciones con nosotros unos días. Y me encanta, siempre quise tener niñas y por fin tengo tres. 

                                          ¡Qué nivel, Maribel!

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