Este es mi espacio, mi pequeña parcela de libertad, mi válvula de escape, mi cofre de sentimientos, mi retiro, mi confesionario, el escondite de mis rebeliones, el escaparate de mi alma.

miércoles, 24 de agosto de 2011

ADORNANDO LOS SILENCIOS


     
     Tengo la inmensa fortuna en verano de escuchar nítidamente mis pensamientos, esos que andan cabizbajos y mudos, acobardados en medio del barullo de la rutina invernal. Salen de su cautiverio con sigilo, calculando los peligros de las llamas de las hogueras de S. Juan y emigran con resignación, meses después, condenados al ostracismo, asustados por el estruendo de las ruedas de las mochilas infantiles en las tibias mañanas septembrinas. Por suerte, antes de su exilio, siempre dejan una ofrenda agradecida, en forma de versos, de reflexiones o de recuerdos.



                ADORNANDO LOS SILENCIOS


Miro
sin ver cómo se agotan las horas,
empujadas por la espuma blanca
de unas indolentes olas.

Respiro
quedamente el aire limpio y azul
de una mañana brillante
vestida de sol, cubierta de tul.

Saboreo
los aromas de tus besos,
envueltos en mi recuerdo
entre lágrimas y versos.

Emborrono
un blanco papel,
telón de mis sentimientos,
de ciertos días amargos,
de muchos días de miel.

Buceo
por el abismo de mis secretos,
curando heridas abiertas,
adornando los silencios.


Deshojando margaritas,

lanzando dudas al viento,

regando con mis suspiros

la prórroga de mi tiempo,

purificando mi alma

de rencores harapientos,

borrando todo vestigio

de episodios turbulentos,

bronceando mis sentidos 

de ilusiones, de deseos,

y matando bien los miedos

que me dicen que te pierdo.


Hazme el amor cuando vuelvas…

lentamente, con esmero. 



                                        AU REVOIR...

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