Este es mi espacio, mi pequeña parcela de libertad, mi válvula de escape, mi cofre de sentimientos, mi retiro, mi confesionario, el escondite de mis rebeliones, el escaparate de mi alma.

martes, 29 de noviembre de 2011

Desde mi ventana





     Desde mi ventana observo cómo languidece la calle, lluviosa y gris, vestida de otoño y salpicada de toses.





     Estoy sentada frente a mi ordenador, en una habitación forrada muy ocasionalmente de silencio, sobre un escritorio en el que también reposan plácidamente montañas de páginas que susurran versos de amor, entonan disertaciones pretendidamente grandilocuentes, o musitan al oído secretos inconfesables de familia.




      Saboreo mi momento. No espero a nadie, y cualquier quehacer tendrá que esperar el turno, porque mis pensamientos han llamado a la puerta de mi conciencia para ser atendidos. Les debo una cita. El ruido ensordecedor de la prisa, con la que voy tropezando a cada paso que doy, me impide prestarles una escucha serena y reposada.



Este es el minuto de gloria de mis atormentados y caóticos pensamientos.






                                               CARPE DIEM

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