Este es mi espacio, mi pequeña parcela de libertad, mi válvula de escape, mi cofre de sentimientos, mi retiro, mi confesionario, el escondite de mis rebeliones, el escaparate de mi alma.

lunes, 27 de agosto de 2012

Freno de mano



     Se me encoge el corazón cuando mi empatía me viste con la piel de la madre de los dos niños de Córdoba, de cuya desaparición hay noticias frescas y crueles a partes iguales. Ya no queda la remota esperanza de recuperarles con vida, porque los huesos de la hoguera encontrados en la finca de los padres del monstruo son humanos, incluso el informe afirma que son de niños de edades parecidas a las de Ruth y José. Blanco y en botella. 


     De igual manera, se me hizo un nudo en la garganta cuando, escuchando la noticia del último ataque del gobierno sirio contra los rebeldes, vi en las impactantes imágenes cómo levantaban el cadáver de una madre y el de su hijo de corta edad bajo ella, como si hubiese querido protegerle, solo que sin éxito. Menudos rebeldes. El mundo está desbocado a fuerza de latigazos de mentiras y medias verdades. La historia de la humanidad alberga episodios como éstos e incluso mucho más duros, pero a nosotros nos ha tocado presenciar los de este momento difícil, y vamos en la dirección equivocada. Ojalá consigamos ese cambio de conciencia del que tanto se habla y se escribe. Me dan vértigo las curvas y cambios de rasante por los que circula este mundo aterrador.  Alguien tiene que tirar del freno de mano, pero los cocheros son mancos.

                ¡Que se pare el mundo, que me quiero bajar...!


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