Este es mi espacio, mi pequeña parcela de libertad, mi válvula de escape, mi cofre de sentimientos, mi retiro, mi confesionario, el escondite de mis rebeliones, el escaparate de mi alma.

viernes, 23 de noviembre de 2012

Recuerdo de un flashmob


     Si traducimos el término flashmob literalmente del inglés, su significado es algo así como multitud instantánea. 

     Fue el 21 de diciembre de 2.009. Un numeroso grupo de 170 personas, pertenecientes todas a la Comunidad Educativa del Colegio Sagrada Familia de Badajoz, las "Pepas", como se nos conoce familiarmente, fue el protagonista del primer flashmob llevado a cabo en la capital pacense.


     En septiembre y de casualidad vi en youtube un flashmob llevado a cabo en una estación belga, y ya no se me quitó de la cabeza la idea de planificar uno. Se me ocurrió como objetivo felicitar la Navidad a los transeúntes que se cruzaran en nuestro camino. Pero era necesario encontrar un espacio que dispusiera de megafonía, para que la música  llamara la atención de todo el mundo y un envolvente sonido sirviera para sincronizar perfectamente la coreografía a todos los bailarines participantes.

     La Plaza de Conquistadores era idónea, porque los cacharritos de feria allí instalados para las fiestas, gozaban del equipo necesario para nuestro propósito, aunque la primera idea fue la estación de autobuses, pero me denegaron inexplicablemente el permiso.
     Hice una recopilación de temas de unos diez minutos de duración, que terminaban con el popular villancico "Feliz Navidad", y diseñé toda la coreografía. Un mes antes, fui nombrando delegados en cada etapa (Infantil, Primaria, Secundaria y Bachillerato), con los pasos ya aprendidos, y en los recreos ensayaban en mi gimnasio, en grupos reducidos, bajo mi supervisión. Aunque se propuso como una actividad voluntaria, la respuesta fue generosa y entusiasta.

     A la experiencia quisieron adherirse profesores, padres y madres y personal de administración y servicios, hasta llegar a la nada despreciable cifra de 170 participantes. A decir verdad, nunca ensayamos todos a la vez, por lo que era una aventura incierta hacer el espectáculo en vivo y en directo en la calle, sin posibilidad de corregir errores ni recomenzar.

     Pero salió bien, y puedo asegurar que fue una gozada y lo vivimos con ilusión y con la enorme satisfacción de trabajar en equipo, por una buena causa y divirtiéndonos. Para redondear el evento, la lluvia hizo una pausa durante ese rato, e incluso el sol asomó la nariz para iluminar nuestro esfuerzo.

     Este miércoles pasado, por la tarde, estando en una reunión en el colegio, una compañera que participó en el evento, lo evocó con nostalgia y con cariño, e intentó motivarme para repetir esta Navidad algo parecido. Está dentro de lo posible... 

  
     Si es que me va la marcha... bailando, malpensados...jejeje...

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