Este es mi espacio, mi pequeña parcela de libertad, mi válvula de escape, mi cofre de sentimientos, mi retiro, mi confesionario, el escondite de mis rebeliones, el escaparate de mi alma.

jueves, 28 de febrero de 2013

Corruptos y ladrones y viceversa



Me paso media vida pelando patatas, tendiendo la colada y haciendo acopio de víveres para llenar la nevera, lo que limita mucho el tiempo que me gustaría dedicar a leer y a escribir. Pero he de callar con resignación, porque es la vida que yo me he buscado, antes de caer en la cuenta de los sacrificios, económicos y personales, que me costaría ser madre de familia numerosa, a la par que maestra de escuela en activo. Me he esforzado en dar ejemplo de responsabilidad a mis hijos, un modelo que ellos pudieran imitar en cuanto a constancia y afán de superación, y sería para mí motivo de orgullo y satisfacción haberles transmitido esos valores. 


Me da pena oírles lamentarse de la situación que atravesamos de un tiempo a esta parte, sobre todo en estos momentos que han entrado en el mundo laboral, o están en puertas de acceder a él, por edad y por currículum académico. Les cuesta admitir que lo que les he inculcado sea el camino  a seguir,  si quieren triunfar en la vida, cuando corroboran cada día que los que viven mejor son los que más ponen el cazo, los que más meten la mano en el cajón y los que más se aprovechan del prójimo, sin importarles a quien pisan la cabeza, a quien tiran del tren en marcha, o a quién hunden en la más sórdida de las miserias. Me avergüenza enormemente que encabecemos las listas mundiales de corruptos y defraudadores. 


Mucho daño debió hacer en nuestra sociedad la novela picaresca, que seguimos forjando lazarillos en el siglo XXI, a imagen y semejanza de los del Siglo de Oro, pero corregidos y mejorados con nuevas tecnologías, acordes al tiempo actual. España tiene el dudoso privilegio de ser la cuna de corruptos y ladrones más fecunda de Europa. Pero, por si fuera poco, a los perjudicados ciudadanos de a pie, deben tomarnos por gilipollas, o lo que es peor: lo somos si tragamos, si comulgamos con ruedas de molino, si nos creemos las burdas mentiras que nos quieren colar.


A mí es que me sube la bilirrubina. Leer en la prensa que el jopu de Bárcenas se ha apuntado al paro, cuando está demostrado que tiene tantos millones de euros en cuentas suizas, que soy incapaz de procesar semejante cifra, me produce sarpullidos. Es una burla, una ofensa para los millones de familias que malviven de una prestación la mitad de la mitad de lo que a este sinvergüenza le corresponde (¿he escrito “corresponde”? Madredelamorhermoso…). Pensar que ese paro se lo van a pagar de lo que a mí me descuentan de mi nómina, me da náuseas. Hablarles a mis hijos de consideraciones éticas, morales o religiosas, cuando estafadores y delincuentes ocupan día tras día las portadas de la prensa, y nos desvelan el tren de vida que han llevado, y que les quiten lo bailado, viene a ser como hacerle una manola a un finado. Porque ahora les han trincado, pero ya se las apañarán para poner a salvo un buen botín, y poderlo disfrutar cuando les apliquen un indulto, que llegará, al tiempo… Eso, si los enchironan, que no somos más tontos porque no entrenamos.


Y salgo de Poncio, y me meto en Pilatos. El yernísimo, el pobre, que no tiene ni trabajo ni para pagar la hipoteca… Pues, mira, listo, por lo menos tú tienes una familia política que no va a dejar a tus retoños en la calle, ni pasando hambre o calamidades. Por mí, te puedes meter debajo de un puente y acudir a  algún comedor social, que otros más necesitados pero más honestos que tú se han visto en la obligación de hacerlo. Aunque, si es verdad que la ley es igual para todos, no tendrás que preocuparte de esas menudencias tan básicas, porque en la cárcel estarás como un rey.



Si es que me pinchan, y echo pus. Al señor Rajoy y sus compañeros de circo, les recordaría la famosa frase de Abraham Lincoln: "Se puede engañar a algunos todo el tiempo y a todos algún tiempo, pero no se puede engañar a todos todo el tiempo". Arrieritos somos, y en el camino nos encontraremos, usted y todos los enanos que le están creciendo, que no son pocos. Hipócritas, farsantes y demagogos de pacotilla, haciendo causa común con los amos del dinero, los banqueros, vapuleando el mundo, hasta que los débiles se subleven y reescriban la historia desde cero.



Pero la vida continúa, los fanáticos son capaces de pagar 500 euros por una entrada de fútbol en la reventa, con tal de ver un partido del Barça/R. Madrid;  el estado gasta un presupuesto indecente en la participación de España en el Festival de Eurovisión, y seguro que más de uno se lucra con el “importante” evento; y en la gala de los Goya (¡ay, estos artistas!), se proclaman discursos grandilocuentes reivindicando justicia social, pero quien habla lo hace embutida en un vestido de 8.500 € y con joyas valiosísimas de Búlgari. Eso me parece de un cinismo insultante, señora Verdú. Como se suele decir, “con buena picha, bien se jode”. Pido disculpas si con esta forma de expresarme hiero la sensibilidad de algún docto e ilustre lector, pero es fruto inequívoco de mi explosiva y creciente indignación e impotencia.


Yo seguiré descontando mis vales/descuento de compra en mi supermercado habitual, reduciré a la mínima expresión mi presupuesto en ocio y diversión, tunearé algún modelito pasado de moda para ponerme divina de la muerte, cuando lo requiera la ocasión, y me darán caballo por ternera en las albóndigas de Ikea, pero lo que no van a conseguir es darme gato por liebre estos hijos de mala madre.


                     Qué a gusto me he quedado, por Dios. 


                              Hasta el próximo post. CLIC.


2 comentarios:

  1. ¡ Hija, no dejas títere con cabeza! Y no es para menos. Ahora mismo estoy enfermo en casa, con movilidad reducida por la enfermedad, y con la nómina asímismo reducida por la enfermedad que he cogido a posta para no ir a clase ¡ No te jode ! Te quedas corta, Maribel, te quedas corta. Saludos desde El Terrao.

    ResponderEliminar
  2. Como se dice en mi pueblo: estoy tan hecha a perder, que cuando gano me enfado... Pero lo que está pasando está encendiendo tanto, tanto los ánimos del personal, que un día vamos a explotar los que hasta ahora hemos estado soportando estoicamente esta situación. No quiero ni pensar en las consecuencias. Saludos, y mejórate, por tu salud y la de tu bolsillo.

    ResponderEliminar