Este es mi espacio, mi pequeña parcela de libertad, mi válvula de escape, mi cofre de sentimientos, mi retiro, mi confesionario, el escondite de mis rebeliones, el escaparate de mi alma.

sábado, 27 de julio de 2013

La dama de negro


La dama de negro se ha colado por la rendija de la traición en nuestra fiesta del verano, como un vulgar ladronzuelo, llevándose en los bolsillos almas amigas y corazones descorazonados, que paseaban confiados por los laberínticos pasillos de esta efímera existencia.


A J.J. lo aniquiló la enfermedad de manera fulminante, o tal vez el desamor... El cáncer, ese implacable enemigo, le ganó por goleada  apenas concluído el primer tiempo del partido de su vida.




A K. le arrastraron hasta el abismo el coro de voces ensordecedoras que se habían instalado como okupas en su cabeza, hasta enajenarlo, a sus 25 años, sin darle la más mínima posibilidad de prórroga.


Me martillean los interrogantes y desearía extraer conclusiones determinantes que se pongan al servicio de mi guión particular, pero lo impide mi lánguida tristeza, que flota sobre un mar de ofuscación.


Descansa en paz, querido amigo J.J. Descansa en paz, K., querido alumno. 


Seguiremos nuestro camino y tal vez os tengamos presentes de tiempo en tiempo, con aquel gesto retratado, o con aquella palabra dicha, recuerdos que se nos escurren por el túnel de la memoria, deslizándose sobre el cauce de lágrimas furtivas.



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