Este es mi espacio, mi pequeña parcela de libertad, mi válvula de escape, mi cofre de sentimientos, mi retiro, mi confesionario, el escondite de mis rebeliones, el escaparate de mi alma.

viernes, 3 de octubre de 2014

La vida alegre



Parece que algunos altos cargos y personajes de las finanzas recitaron a coro aquello de “corramos un tupido velo”, y de esa forma inventaron las tarjetas opacas.  Fondos reservados en forma de tarjetas “fantasma” que ni Hacienda ni auditoría alguna podrían detectar, porque pasaban desapercibidas como “errores informáticos”. Más de una década fundiéndose millones de euros sin obligación de justificar gasto alguno: restaurantes, hoteles, viajes, ropa, supermercados, efectivo desde cajeros automáticos, ¡menudo chollo! Y por si fuera poco, a algunos la declaración de la renta les salía a devolver. 



El robo del furgón blindado del “Dioni” es una simpática travesura al lado de estos hechos fraudulentos. Cuando el agujero económico era inconmensurable, lloraron un poquito y entre todos les rescatamos. Y cuando digo todos me refiero a nosotros, nuestros hijos y nuestros nietos. Dice el socialista P. Sánchez que hay que pedir explicaciones, pero a estas alturas, que les quiten lo bailado, por muchas dimisiones que se pidan. 



Tenemos bastante que aprender del resto de Europa en cuanto a transparencia y calidad democrática. Sirva como ejemplo el exhaustivo chequeo a Arias Cañete, para ostentar el cargo de futuro comisario de Medio Ambiente y Energía de la CE. La vida alegre es para la cúpula de la sociedad, esa que aplasta las espaldas de una especie en peligro de extinción: la resignada y venida a menos clase media.



2 comentarios:

  1. Publicado en "Cartas al Director" del diario HOY el domingo 5 de octubre de 2014.

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  2. Publicada en la revista XL Semanal el domingo 19 de octubre de 2014. Premiada como "la carta de la semana" por el escritor Lorenzo Silva con una tablet.

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