Este es mi espacio, mi pequeña parcela de libertad, mi válvula de escape, mi cofre de sentimientos, mi retiro, mi confesionario, el escondite de mis rebeliones, el escaparate de mi alma.

sábado, 29 de agosto de 2015

Mil palabras (“ESTAMPAS” – XXIII)




Mil palabras

(“ESTAMPAS” – XXIII)



Me esperan las ondas distorsionadas

que ha urdido a mis espaldas la rutina.

Se retira el silencio resignado

tras lunas de serena compañía.



Perdiéronse en la bruma largos días

que sola mi conciencia disfrutaba,

venían a visitarme mil palabras

preñadas de emociones y poesía.



Grilletes en los pies, deseos truncados,

silente obligación de calendario,

otoño macilento, invierno helado,

la primavera gesta otro milagro.



La rueda del dios Crono es infinita,

la historia de la vida interminable,

mis ansias de volver, lágrima viva,

mi grito de esperanza, irrefutable.



Se esfumará la bruma cada día,

mi conciencia soñará la alborada,

volverán a enamorarme mil palabras,

parirán nuevos versos y poesías.





jueves, 27 de agosto de 2015

Natitravas


Hoy he combinado unas natillas corrientes con la receta del "Pan de Calatrava", para conseguir este postre con más textura y, desafortunadamente, también con más calorías...

Ingredientes

-un sobre de natillas Royal 
-3 vasos de leche
-6 cucharadas de azúcar 
-madalenas o bizcochitos que te hayan quedado durinos, o también pan cortado en rebanadas finas. 

Preparación 

Se pone al fuego un recipiente con dos vasos de leche y azúcar al gusto. En el otro vaso de leche se mezcla el sobre de natillas, hasta desleírlo por completo. 
Cuando la leche comienza a hervir, incorporar el bizcocho, madalenas o pan, mezclando bien. Cuando hierve de nuevo, se vierte el vaso con el contenido del sobre de natillas, poco a poco, removiendo, y a fuego lento se mantiene uno o dos minutos desde que rompe a hervir, sin dejar de darle vueltas. Se retira del fuego y se echa en cuencos individuales. 
Cuando se enfría, se mete en la nevera. Al que le guste, le va bien la canela espolvoreada por encima. Pero, cada cual que lo tome a su antojo.






¡Ah!, por cierto, este postre mejora la flexibilidad corporal. Podéis comprobarlo al practicar estos ejercicios, jajaja...


 



 

miércoles, 26 de agosto de 2015

Extreluza



                         Extreluza

Yo, extremeña nací,
andaluces me adoptaron
y extreluza me sentí.

Y hoy me voy a dar el gustazo de publicar estas sevillanas que se me han venido a la cabeza sin pedir permiso siquiera, y que no dejo de canturrear por lo bajinis… Me he venido arriba, y me tengo que desahogar, jajaja…


              “Sevillanas a mi estilo”


1-

Voy a tejer mi rutina

en un telar de colores,

arropada por la tarde,

tarareando canciones.



Dices que no te hago caso,

puede que tengas razón.

Ya no me pongo nerviosa

cuando me dices adiós.



2-

Se me olvidaron las risas

que compartía contigo.

Ahora tengo el gesto serio,

con lo que yo te he querido…



Mis arrugas de los ojos

me vienen a recordar

las lágrimas que he vertido,

por tus desprecios, al mar.





3-

Ahora soy como una roca,

no me vas a hacer más daño.

Coge el camino de ida

y no vuelvas en cien años.



Ha llegado mi momento,

se acabaron las peleas.

Voy a tocarte las palmas

en una silla de enea.





4-

Si te gustan mis pucheros

cómete dos o tres platos,

luego entre los dos fregamos

y acabamos en un rato.



Cántame una sevillana

de esas que tanto me gustan,

y así te hago los coros

mientras me doy una ducha.




Ya me tomo la medicación y se me pasa la crisis existencial, jajaja…




 CIAO

La voz de la poesía (“Estampas” – XXII)



La voz de la poesía
(“Estampas” – XXII)

Pongo mi voz a los pies
de sus ecos y los míos,
y de tus labios también.

Es la voz de la poesía,
que se escucha siendo muda,
en las coplas y elegías,

en las glosas y sonetos,
villancicos, soleares,
y en los renglones secretos.

Se trenzan con devoción
las letras entre suspiros,
rimándose con pasión.

Mi voz no me pertenece:
es un delicado aliento
que en tu corazón se mece.



Un sueño




La llamada “crisis migratoria” es, además de noticia, un preocupante problema político que aumenta por días. Europa se blinda ante la avalancha de inmigrantes que intenta colarse por las rendijas de cualquier frontera. La mayor parte de las escasas pertenencias que traen consigo la constituyen la ristra de desgracias y miserias que han ido acumulando desde los albores de su existencia. Buscan un tronco al que asirse a la desesperada y, lejos de tenderles una mano de manera incondicional, los dirigentes europeos se reúnen para endurecer las medidas que frenen esta creciente presión migratoria y reforzar las barreras que les impida el fácil acceso a una vida digna para ellos y sus familias. 




Somos muchos y no queremos que nadie nos desplace de nuestra zona de confort, ni compartir los recursos. Me pregunto qué hemos hecho nosotros para merecer el privilegio de tener cubiertas las necesidades básicas, aunque no estemos exentos de sortear dificultades, y qué delito habrán cometido los desgraciados que suplican nuestra ayuda, y en algunos casos se topan con situaciones de insolidaridad e inmisericordia. Me horroriza pensar los padecimientos que dejan atrás para intentar alcanzar un sueño que a tantos les cuesta la misma vida.