Este es mi espacio, mi pequeña parcela de libertad, mi válvula de escape, mi cofre de sentimientos, mi retiro, mi confesionario, el escondite de mis rebeliones, el escaparate de mi alma.

viernes, 18 de septiembre de 2015

No me gusta




Mark Zuckerberg ha declarado recientemente que Facebook está trabajando para agregar el botón “No me gusta”, solicitado insistentemente por muchos de los usuarios de esta red social. Está bien poder manifestar la disconformidad con algunas publicaciones y fotos que pululan a su libre albedrío. Por asociación de ideas, me viene a la mente una larga lista de “No me gusta” sobre temas de actualidad.



 Verbigracia, no me gusta nada el deplorable espectáculo de personas desesperadas que huyen de guerras crueles y de miserias inmerecidas. No me gusta que un puñado de políticos con egocéntricas aspiraciones mesiánicas esté atizando el fuego del independentismo catalán. No me gusta que la tierra tiemble, dicen que por el choque entre grandes placas tectónicas, aunque vaya usted a saber. No me gusta que los bancos, ¡oh, todopoderosos bancos…! martiricen a los pobres clientes con sus abusivas e injustificadas comisiones. No me gusta que enfermen los jóvenes ni los niños, por causas muchas veces incomprensibles. No me gusta que se den palos de ciego aplicando dudosas leyes de educación, que no llevan ni por asomo a la mejora de nuestro sistema educativo. 



Ojalá todo tuviese fácil solución con un simple clic en la opción “No me gusta”.


viernes, 4 de septiembre de 2015

30 de agosto de 2015




El gris plomizo del cielo que tiñe las olas, embadurna también mi ánimo; es día de despedida. La oración del adiós tocó diana sobre mi almohada a primera hora de la mañana. Hoy no se desprecinta la jornada, hoy se clausuran los felices días de serenidad disfrutados.

Hay que rendirse a la cruda realidad y sumergirse, tomando una buena bocanada de aire, en las aguas turbulentas de la rutina. Llevo en mi equipaje de vuelta las estampas grabadas a fuego en mi corazón de cada sencilla alegría vivida, para rememorarlas en mis horas bajas, y la luz necesaria para iluminar mis proyectos en los próximos meses. Yo aportaré todas mis reservas de voluntad y mi capacidad de esfuerzo.





Adiós, mi refugio querido. Volveré lo antes posible para abrazar tu consuelo.