Este es mi espacio, mi pequeña parcela de libertad, mi válvula de escape, mi cofre de sentimientos, mi retiro, mi confesionario, el escondite de mis rebeliones, el escaparate de mi alma.

domingo, 10 de enero de 2016

Veintidós "Invisibles" en 2015


Como cada año, en Nochebuena o en Navidad, los Gómez hacemos nuestra reunión familiar con intercambio de regalos, que en una reunión previa hemos sorteado. En esta ocasión el evento ha sido en Aceuchal, en la recién estrenada casa de Alonso y Paci.  Estuvimos todos, incluso algunos con sus parejas, como Jorge, que tuvo que irse pronto pero dejó a Verónica en representación, y Leo que fue acompañado por María. Cuatro parejas de "mayores", los hermanos Gómez González-Castell, los doce primos hermanos y dos novias, 22 en total a comer a mediodía y a la sobremesa que se prolongó hasta después de cenar. También nos acompañaron Kiko, el perro de Conchi y Perico, y Honorio, la mascota de los Álvarez Gómez.

Leo, Gina y Jorge Gómez Sánchez (Leonardo +), acompañados de María y Verónica.
Mane y Maribel, con Enrique, Alberto y Lu Gómez Núñez.
Perico y Conchi, con Marta y Peri Rodríguez Gómez.
Alonso y Paci, con Luna y Sete Álvarez Gómez.
David y Esther, con Sara y Luis Gómez Díaz.

Lu editó un vídeo con momentos del día de convivencia, que da pistas de lo bien que lo pasamos. A mediodía, y aunque parezca mentira, pudimos tomar el aperitivo en el jardín, bajo un sol primaveral, aunque el calendario señalase 25 de diciembre (fun, fun, fun...)

Siento mucho tener que dejar la URL del vídeo para descargarlo, pero el blog no me permite publicarlo si tiene más de 100 MB. Merece la pena verlo. El maestro de ceremonias fue, como siempre, Perico padre, con dos ayudantes que cada año lo hacen mejor, que son los dos más pequeños de la familia: Sete y Luis.
Los regalos que intercambiamos fueron de gran valor sentimental, que no económico, pero nos hicieron pasar un buen rato. Pudimos asistir a una renovación de votos matrimoniales, ejerciendo de "cura" Mane, que se colocó hasta una tirilla como atrezzo; o escuchar "el rap de la mochila" que le compuse a mi hijo Alberto, al que me ha tocado regalar este año, y que nos hizo reír a todos, a mí la primera. La sesión de karaoke entre copa y copa tampoco tuvo desperdicio, nos entregamos a la causa con pasión...



Y con este post me despido de cualquier tema que huela a Navidad hasta el año que viene. Fue bonito mientras duró.

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