Este es mi espacio, mi pequeña parcela de libertad, mi válvula de escape, mi cofre de sentimientos, mi retiro, mi confesionario, el escondite de mis rebeliones, el escaparate de mi alma.

lunes, 2 de enero de 2017

Telarañas mentales



El año nuevo no trae versos debajo del brazo. Este primer día del calendario no ha sido lo que se dice poético, salvo por esa perniciosa melancolía no exenta de hastío que ha ocupado posiciones desde que abrí el ojo. Mis músculos y mis articulaciones pasan hoy su factura por la carrera de S. Silvestre en la que ayer les obligué a participar. Mi organismo necesita una limpieza interior profunda, depurar las toxinas acumuladas en los excesos de estos días, y reclama asimismo con desesperación paz de ánimo, imposible de conseguir entre tanto ruido y tantas luces, y tanto presente obligado, envuelto todo en brillante papel de regalo. Siento deseos de salir huyendo y desdibujarme en el horizonte, y sin embargo sigo anclada al asiento de la rutina, zarandeada por la corriente que te arrastra irremediablemente, con la mirada lánguida perdida en el infinito. Mañana buscaré un poema entre mis telarañas mentales que rime con mis sueños.



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