Este es mi espacio, mi pequeña parcela de libertad, mi válvula de escape, mi cofre de sentimientos, mi retiro, mi confesionario, el escondite de mis rebeliones, el escaparate de mi alma.

miércoles, 20 de septiembre de 2017

Reunión estival de primos Gómez



Son doce primos hermanos, cuyos orígenes son cinco hermanos apellidados Gómez González-Castell: Leonardo (+), Mane, Conchi, Mari Paz y David. 


Sus edades oscilan entre los 33 y los 12 años, y entre ellos se cuentan 8 varones y 4 féminas.


Paci fue quien asumió la responsabilidad de conciliar fecha entre ellos para convocarlos a todos en su casa, y la reunión siempre ha sido un éxito desde hace años. 


Asisten con sus parejas, los que tienen, y los mayores les acompañamos para disfrutar con infinito orgullo verlos juntos, tan jóvenes, tan guapos, tan sanos, y lo más importante, tan unidos.


Este verano se fijó el 19 de agosto para la reunión anual. Acudieron: Leo con Carmen, Gina, Jorge con Vero (a la que acompañó también una hermana), Enrique con María, Alberto con Elena, Lu, Marta, Perico con Gloria, Luna con Jorge, Sete, Sara y Luis.


De los mayores: Mane con Maribel, Conchi con Perico, Paci con Alonso y David con Esther. 



Este año participó del evento Marisol  Coco Gómez con Pepe, su pareja, que pasaban unos días de vacaciones en tierras extremeñas, y siempre ha sido muy cercana a sus primos de Montijo, a pesar de haber vivido toda su infancia y adolescencia en Zaragoza.


Quien disfrutó de lo lindo fue Mohamed, un niño saharaui de diez años que pasó los meses de verano en casa de mi cuñada Conchi, en régimen de acogida. Así como las mascotas: Hono, Kiko y Floki.


Los días previos algunos de los primos acudieron a la llamada de la tía Paci para ayudar con los preparativos, ya que la casa de campo llevaba tiempo cerrada y hubo que limpiar y llenar la piscina, adecentar el césped y, de paso, ir calentando motores con las charlas y las copitas entre medias.


Empezaron a llegar los primeros a la hora del aperitivo, y tras los primeros baños y la comida, sacamos la tarta para celebrar que ese día Gina cumplíó 31 años, y Marisol llegaría al día siguiente a los 57 (es de mi quinta y la de Conchi).


Luego, unas copitas, fotos, música, conversaciones, más baños, hasta la noche, que dimos buena cuenta de una barbacoa, y más baños, más copitas, más charlas…

 
Paci tenía acondicionada la casa para que pernoctaran los que quisieran, que no fueron pocos, y pudieron seguir hasta después de comer al día siguiente, que cada mochuelo se fue a su olivo, más que nada porque los lunes, el que más y el que menos, tenía que trabajar.


Éxito rotundo, como SIEMPRE. Cada cual colabora con lo que puede, pero se lleva la medalla de oro por su perseverancia y generosidad sin límites mi cuñada Paci. Y sus hijos y sobrinos lo saben y la adoran. La ADORAN.

 
Las fotos son de Perico padre y de mi hijo Lu, que también es autor del original vídeo de familia.


              
                                        ¡CIAO!

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